Hace mucho tiempo que Rafael de Cózar (Poesía e imagen, Poesía visual y otras formas literarias desde el siglo IV aC. hasta el siglo XX, en BOEK puedes leer su estudio completo) demostró que integrar un texto en una imagen, al modo de caligrama, se remonta al siglo IV a. de C.. Y puede rastrearse, el autor sevillano dedica muchas páginas a esta tarea, como desde la antigüedad, la Edad Media, el Renacimiento, en los siglos XVIII y XIX y hasta las vanguardias históricas no ha dejado de utilizarse este modo de expresión poética. Casi nos atrevemos a decir que para el que desconoce todas las posibilidades de la poesía visual (letrismo, concretismo, poemas-objeto, foto-poemas, etc.; ver para ampliar en AYUDA PARA EL ALUMNADO el documento RESUMEN DE LAS DIFERENTES FORMAS DE LA POESÍA VISUAL) y se siente aturdido en este mundo, el hecho de encontrarse ante la escritura caligramática, le reporta cierta tranquilidad, su conciencia reposa y se siente seguro en este asidero más comprensible de la Poesía Visual.
Y es que, en el caligrama, el texto y las palabras, aparecen en la imagen y, aunque de manera laberíntica, tanto el texto como la forma del objeto en el que se inscribe, suelen imitar plásticamente a una realidad reconocible, comprensible, y, al fin de cuentas, legible (independientemente de la mayor o menor dificultad que encuentre el lector versado en estas experiencias poético-visuales).
Como hemos expresado en otras ocasiones, la Poesía Visual en el aula de Filosofía, revela todo su potencial cuando exige y posibilita al unísono que el poeta visual, el alumnado en este caso, sea capaz de transformar una idea en una imagen. No es difícil el ejercicio a tenor de la Historia de la Literatura y los ejemplos que podemos encontrar en ella. (Ejemplos fáciles de encontrar en la red, son, por ejemplo: “El huevo” de Simmias; el De laudibus Sanctae Crucis, del alemán Rábano Mauro; las Micrografías de Abulafia, etc.). Sin embargo, si queremos destacar que en las vanguardias históricas de inicio del S.XX, sobre todo con Apollinaire y aunque se mantiene la discursividad y las formas reproducen o refuerzan el contenido del texto, empieza a apreciarse los ecos próximos del futurismo y sus “palabras en libertad”, profundizando en el distanciamiento y ruptura con los hilos lógicos de la semántica. Mainetti, por ejemplo, en su “Zang-Tum-Tum” alterna tipos de letras y colores y juega con la dirección de las líneas alejándose de esa lectura fácil y comprensible a la que aludíamos más arriba. Es necesario reconocer estas posibilidades que están al alcance de todos a la hora de crear estos poemas-visuales. Ya que, el sentido se trastoca y exige, por tanto, una intencionalidad por parte del creador de caligramas como del receptor del mismo.
La actividad que proponemos para celebrar el DÍA DE ANDALUCÍA conjuga la creación de caligramas y un acercamiento a textos y autores andaluces. A partir de ellos, el alumnado intentará plasmar en una caligrama parte de lo aprendido sobre los mismos.
La metodología básica parte de la lectura de textos de autores andaluces que el profesorado facilitará en el aula. Pueden ser teóricos o información de la biografía o del contexto histórico de los mismos. Se recomienda que el profesor insista en aquellos pensadores que sean de su provincia, para partir del contexto más próximo del alumnado (en nuestro caso, Córdoba, el trabajo versaba sobre Séneca, Ibn Hazm, Averroes y Maimónides).
Huelga aclarar que dicha información puede buscarse en los libros de texto al uso, vía internet o en la bibliografía específica que el docente de nuestra especialidad conoce, domina y puede proporcionar sin dificultad alguna.
Respecto a la secuenciación, la actividad se plantea en una única sesión (obviamente durante la semana en la que se enmarque el 28 de febrero) en la que a partir del material anterior el alumnado toma contacto con la base textual con la que elaborará el caligrama posteriormente. La creación del mismo, puede completarse en otra sesión o plantearla como una actividad para trabajar en casa.