El Mail Art, o arte por correo, es una manifestación artísitca relativamente reciente y poco conocida. Aunque su historia contenga ya casi 50 años y tenga una presencia mundial (desde China a EE o Brasil y Argentina, pasando por Europa, Tailandia, etc.). Los artistas que se dedican a este tipo de creación, siguen los pasos de Ray Jhonson o el grupo Fluxus. Pero antecedentes podemos encontrar en el dadaísmo o Marcel Duchamp. En España, los precursores del mail-art fueron los miembros de Zaj (Juan Hidalgo, Walter Marchetti, Ramón Barce, Esther Ferrer, entre otros grandes artistas que formaron parte de este movimiento único de la vanguardia española). En el mundo latinoamericano los pioneros fueron Clemente Padín, Clemente Padín, Edgardo Antonio Vigo y Guillermo Deisler. Precisamente Padín reconoció en una entrevista que "el arte correo es una forma subliminal de la conciencia social y un instrumento de conocimiento (como la ciencia). De tal manera que, también, puede ser una herramienta de cambio y de transformación (o de legitimización del status y de retroceso)" (puedes leer la entrevista aquí).
Hoy en día, aunque sigue siendo poco conocido, tiene cierta vigencia entre aquellos artistas que siguen estableciendo corrientes de comunicación lejos del arte oficial,en el que prima la libertad artística y en las que sobresalen convocatorias reivindicativas y relacionadas con los derechos humanos y la justicia social. Pero todo, con la ayuda de los servicios de correos, que incluso han organizado en los dos últimos años un par de convocatorias (puedes verlo aquí).
Video desarrollado para el curso de EducAR
"La producción Audiovisual como Estrategia didáctica." Año 2015
(Hemos pedido permiso para subirlo en este espacio).
El mail art consiste en el intercambio de postales u obras en papel o cartón o cualquier otro objeto a través de los servicios postales. Esta modalidad artística y literaria implica todo envío por correo postal donde el soporte se tramita a través de la oficina de Correos, buzón, ventanilla, normalizado o certificado. El soporte más común suele ser la tarjeta postal que se erigió como prototipo o estereotipo de este arte correo: así la materia artística, en su más mínima expresión, se adscribe al marco postal de la cartulina rectangular. Sin embargo, los objetos que se intercambiaban pueden ser muy variados: libros de artista, postales, sellos, sobres, bolsas, etc.
Por tanto, podemos entenderlo como un arte puro, no mediatizado. Para nosotros es un arte al servicio de una idea, pero que depende de un azar curioso: el franqueo postal. En una obra de mail art caben todas las tendencias y procedimientos: dibujos, caligrafías, grabado, rasgado, collages, poemas, fotomontajes... hasta el objeto más insólito: bolsas, una hoja que llega a Granada desde Tailandia, (ver bibliografía. Posdata: Esperanza Recuerda. Mail Art Collection). Y con cualquier material: papel, cartón, madera, tela, plástico, piel, metal, piedra... Pero con una condición: la obra debe llegar siempre con el sello o el matasello de una oficina de correos.
En definitiva el mail art es el arte de la libertad. Arte al margen del arte.
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